La celebración del Día de Muertos es una de las tradiciones más coloridas y profundamente arraigadas en el corazón de México. No solo es un festín para los sentidos con sus altares vibrantes y la exquisita gastronomía, sino que también es una demostración de cómo la riqueza cultural puede ser un poderoso motor económico, especialmente en la era digital.
Catalogado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO desde 2008, el Día de Muertos es un espectáculo cultural que atrae la atención global, convocando a turistas de todos los rincones del planeta a ser partícipes de una experiencia única. En 2023, la Secretaría de Turismo (Sectur) anticipa una inyección económica significativa en el sector del hospedaje, estimando ingresos por tres mil 751 millones de pesos. Esta cifra no solo subraya la importancia de la festividad, sino que también resalta el impacto positivo en la economía local y nacional.
Con un notable 24% de las ventas de boletos de avión, autobús y reservaciones de hotel realizadas en línea, el ecosistema digital demuestra su eficiencia y alcance. Las palabras de Martín Malievac, director de Investigación y Desarrollo de Napse, resuenan en este contexto, subrayando la mejora en la experiencia del usuario gracias a la simplicidad y practicidad de las compras en línea. La planificación de vacaciones se ha transformado, ofreciendo a los clientes la capacidad de comparar precios y planear sus viajes con apenas unos clics.
La consolidación del comercio electrónico como canal preferente para organizar viajes revela un cambio paradigmático en la preferencia de los consumidores, privilegiando la comodidad y la diversidad de opciones. La prudencia, por supuesto, sigue siendo clave al realizar transacciones en línea, como bien enfatiza Malievac, recomendando el uso de sitios reconocidos y seguros para garantizar una experiencia de compra sin contratiempos.
La Sectur comparte un optimismo palpable con respecto a la ocupación hotelera, pronosticando un 58.3% de ocupación a nivel nacional durante la semana del Día de Muertos, un incremento modesto pero significativo en comparación con el año anterior. Este dato no solo refleja la popularidad de la festividad, sino también la preferencia de hospedaje, con un predominio de turistas nacionales sobre los internacionales.
Además, se prevé que una gran cantidad de turistas opten por formas alternativas de alojamiento, como visitas a familiares o estancias en residencias secundarias, lo que refleja una diversificación en las preferencias de hospedaje y una oportunidad para explorar las economías compartidas.
En este escenario de festividad y recordación, México se abre al mundo no solo para compartir una tradición ancestral, sino también para mostrar su capacidad de adaptación en la era digital, hospedando a los visitantes en un abrazo que mezcla lo ancestral con la modernidad. La celebración del Día de Muertos se convierte así en un puente entre culturas, épocas y economías, uniendo a las personas en la comunión de la memoria y la innovación.