Ixil en Defensa de su Patrimonio: La Lucha por sus Tierras en Yucatán”

Mérida, la capital del estado de Yucatán, ha sido testigo de una movilización masiva sin precedentes. El motivo de esta manifestación es la lucha que emprenden los habitantes de Ixil, un pueblo maya que lleva más de un año en una feroz batalla contra las mafias inmobiliarias y empresarios vinculados al gobierno local que buscan apropiarse ilegalmente de lotes, parcelas y áreas naturales para fines de especulación y desarrollo.

Una Marcha por la Justicia y la Tierra

Ixil lideró esta impresionante marcha que logró reunir a más de 600 personas de más de 20 comunidades mayas de la región. Los participantes llegaron desde lugares como Kinchil, Celestún, Progreso, Samahil, Hunucmá, Tulum, Yaxcucul, Acanceh, Conkal, Playa del Carmen, Chapab, Sisal, Tekit, Sihó, Chacksinkín, San José Dzal, Chocholá, Seyé, Hopelchén, Texán, e incluso desde la misma Ixil. Este evento se destacó por su diversidad geográfica y la unión de diversas comunidades en un objetivo común: detener los intentos de despojo de sus tierras.

La multitudinaria marcha se extendió por al menos tres horas bajo la lluvia intermitente, pero la determinación de los manifestantes era evidente en sus consignas: “Fuera de Ixil, ladrones de tierras”, “Unidos en defensa de nuestras tierras”, “No al despojo, afuera la corrupción” y “Fuera Abimerhi y Millet”, entre otras. Estas consignas estaban impresas en carteles y mantas que desafiaban el mal tiempo.

Los Nombres Detrás de la Apropiación Ilegal

Dos apellidos se destacan en esta disputa: Abimerhi y Millet. Estas dos familias empresariales son los principales actores detrás de los intentos de apropiación ilegal de más de 300 hectáreas que legítimamente pertenecen al pueblo de Ixil. Los Abimerhi y los Millet son conocidos por su influencia en la oligarquía empresarial de Yucatán y sus estrechos vínculos con el gobierno local.

El apoyo político que estas familias reciben es evidente, ya que la tentativa de despojo el pasado 17 de agosto contó con el respaldo de más de 300 policías estatales y agentes de la Fiscalía General del Estado. Estos efectivos se desplegaron con la premisa de respaldar la apropiación mediante la instalación de alambradas ilegales. Sin embargo, en lugar de facilitar la apropiación, optaron por reprimir violentamente a las familias campesinas ixileñas que, como todos los días, intentaban llegar a sus tierras para actividades agrícolas y ganaderas.

Las Empresas y Sus Intereses

En Yucatán, los Abimerhi tienen una fuerte presencia en el negocio de las gasolineras, las grúas para el acarreo de vehículos, los lavaderos de automóviles y la reparación de automóviles. Por otro lado, los Millet están involucrados en la producción industrial de aluminio y vidrio. Ambos grupos de empresarios afirman tener documentos que respaldan su propiedad de la tierra en cuestión.

Sin embargo, la comunidad de Ixil y las organizaciones que la respaldan sostienen que estas familias intentan apoderarse de las tierras utilizando documentos dudosos y manipulados por individuos como Alejandro Escoffié y Rafael Acosta. Estos dos personajes, uno empresario y otro abogado, son directamente relacionados por los pobladores con la mafia inmobiliaria.

La Determinación de Ixil y su Búsqueda de Justicia

Los habitantes de Ixil están decididos a no ceder sus tierras, que consideran legítimamente suyas como pueblo maya. Siguen cultivándolas y se oponen firmemente a que estas familias y los políticos corruptos que las respaldan las dejen sin sustento y colonizan su comunidad con proyectos inmobiliarios.

La orden de aseguramiento emitida ilegalmente por la Fiscalía General del Estado, que apoyó la instalación de alambradas ilegales por parte de las familias Abimerhi y Millet, ha impedido que los ixileños ejerzan sus derechos como pueblo. En respuesta, la comunidad ha recurrido a la Justicia Federal, presentando dos amparos. A pesar de las graves violaciones a sus derechos, el Juzgado Quinto de Distrito se ha negado a otorgar la suspensión provisional, lo que ha generado preocupación y denuncias de falta de imparcialidad.

La Solidaridad de las Comunidades Mayas

La movilización en Mérida también contó con la participación de Leydy Pech, una figura destacada del Colectivo de Comunidades Mayas Los Chenes y ganadora del Premio Goldman 2020. Ella resaltó las valientes luchas de los pueblos mayas de la Península de Yucatán en defensa de sus territorios.

“El territorio lo miramos de manera diferente los pueblos mayas. Lo defendemos porque somos parte de él y en él se encuentran nuestros medios de vida. Esta lucha debe ser integral, porque somos un solo territorio maya peninsular. Por eso estamos aquí, desde Hopelchén, en Campeche. El pueblo maya es el custodio del territorio, debemos ser quienes decidamos qué desarrollo queremos”, afirmó.

Un Mensaje a Toda la Sociedad

La marcha concluyó con una concentración en el parque central de Mérida, cerca de la catedral y el palacio de gobierno. Representantes de municipios como Celestún y Kinchil compartieron sus batallas legales contra algunos de los nombres involucrados en los intentos de apropiación de las tierras de Ixil.

María Modesta Canul Chuil, una pescadora de orégano de Kinchil, destacó la importancia de que las comunidades afectadas se unan para enfrentar la voracidad inmobiliaria y la comercialización especulativa de sus tierras. “Hoy nos unimos representantes de 22 comunidades de Yucatán, Campeche y Quintana Roo en rechazo al despojo. Retomamos la lucha de nuestros ancestros. Llamamos a toda la sociedad a respaldar nuestra lucha”, enfatizó.

Un Momento de Rechazo y Resistencia

La movilización en Mérida refleja un marcado rechazo hacia las políticas que favorecen a empresarios amigos, una característica de la gestión del gobernador Mauricio Vila Dosal y del presidente municipal de Mérida, Renán Barrera Concha, ambos del Partido Acción Nacional (PAN). Además, se critica la mano dura policial y la persecución a la lucha social por parte de las autoridades.

Esta condena generalizada puede extenderse a los gobiernos estatales de Campeche y Quintana Roo. Frente a esta resistencia, se encuentra la histórica determinación de los pueblos mayas de unirse para desactivar un negocio que se presenta como progreso, pero que amenaza la supervivencia de gran parte de las comunidades de la Península.

Conclusión

La lucha del pueblo maya de Ixil es un ejemplo de la valentía y la unidad de las comunidades indígenas en defensa de sus tierras y su forma de vida. En un contexto de presión constante por parte de intereses empresariales y gubernamentales, estas comunidades se mantienen firmes en su compromiso de proteger sus territorios ancestrales y sus derechos fundamentales.

El resultado de esta lucha tendrá un impacto significativo en el futuro de la Península de Yucatán y servirá como un recordatorio de la importancia de preservar la riqueza cultural y natural de la región. La solidaridad de otras comunidades mayas y el apoyo de la sociedad en general son vitales para lograr la justicia y la protección de estas tierras sagradas.

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